viernes, 25 de abril de 2014

Intro - This is me

This is me, not getting all I ever wanted.

Then, this is me. Screwing up how I got what I've always wanted, even when I never deserved it in the first place.

And this is me, seeing how it all was just an illusion. How it never felt real.

Then, this is me. Screwing things up beyond all repair, just to see, just to know if they were ever real.


And they were real
 

Just as this pain is right now.

Finally, this is me. Making one last stand.

Cause, sadly, I'm not dead yet.

 

*    *    *



I

¿Por qué empezar esto en inglés?
Puede ser en nombre de la internacionalización
Para que lo entienda quien lo encuentre
¿Y quién crees que encontrará esto? 
¿Crees que alguien lo leerá?
Sólo estás desperdiciando provisiones
Gastando papel. Y la tinta de la única pluma
De eso a que se congele... Qué más da...

Pudiste haberlo intentado en francés o alemán
O hasta tu natal español mexicano
Pero el inglés se ha vuelto la roca a la que te aferras
Rogando no quedar a la deriva
De tu español mezclado entre tantos otros:
Ruso, ucraniano, azerí, turco, georgiano, kazajo, hindi, portugés, finés, noruego

Cualquiera pudo haberlo traducido a cualquier otro
Y es que se hablan tantos otros idiomas aquí

Pero el inglés es ahora el único puente
Entre la supervivencia y lo otro

México no es el ombligo del mundo
ÉSTE es el ombligo del mundo
Y es un abismo

Ser linguista precolombino no sirve de mucho aquí
Ya no hay National Geographic. Ya no hubo AMNH
Pero seguro hay palabras y frases en todos los idiomas que se acomodan a tu situación


Fucked Up Beyond All Recogniton


C'est la vie, foutre dans la merde
Dreit seg

Abgefuckt


Fodido


 I've said fucked up already



Y Ella


Mon amour


Meine Liebe


My love


Mērā pyāra


Min kjærlighet



Distintas versiones de la misma frase
Pero intercambiarlas no logrará cambiar tu historia

¿Qué idioma te es más ajeno?
¿ ...más dramático? ¿ ...menos doloroso?
¿Cuál es el idioma de la resignación?

El inglés, seguramente



II

Comisión por parte del Ejército de la Federación Rusa
O una subsidiaria de mercenarios a su servicio
Debe pasar por varios intermediarios
Talvez por eso a veces ella se pregunte... a veces te preguntes
por qué el pago viene en un sobre, dentro de otro sobre
A veces incluso dentro de otro más
Dinero lavado. Rubles por dólares. Todo en efectivo

Y, como dice Sabines,
No es mucho, ni es poco
Es bastante

Bastante para que ella sepa que yo no le convengo
Que nunca le convine
Bastante para volver a hacerse una vida. Buscar a otro
Por necesidad. Para darle un padre a nuestra hija
Uno que sí esté
Que vaya a los festivales que me he perdido y más
Bastante para rehacerse la vida por el mero gusto

Aquel otro, ideal
Uno con menos conciencia humana y más conciencia social
¿O era al revés?
En fin, uno sin un complejo de culpa que lo haga andar en círculos
Como el perro de las dos tortas perpetuas
Cambiando de opinión tan pronto avanza el segundero
Círculos que llevan a ninguna parte

Y es aquí donde estás ahora
En ninguna parte


Y hay tormenta de nieve...



viernes, 14 de febrero de 2014

Diana III - Closer to the truth


Y así viajamos
Jessica y Mario al frente
Atrás tú conmigo
Dormida. Mecida por la leve turbulencia del heli
Y el latido de mi corazón en tu oído

Y transportándome a sueños
Desde el sabor de tus labios
El perfume de tu cabello
La vida que surge de tu voz


¿Ya nos vamos, Memo?

Dime, ¿a dónde me vas a llevar?

¿Qué hay ahí?

¿Y nos iremos? ¿Sóloy yo?



Todavía recuerdo cómo te desperté
Cómo no pude explicarte lo que iba a pasar
Tu sonrisa, que hace siempre juego con tus ojos
Y el sueño y el cansancio
Las cajas y mi mochila
creando una armonía tan sublime


"Vamos a Santarém. Ahí podremos comprar ropa nueva.
Bañarnos y descansar como se debe.
Dormir en camas de verdad."


Ante esa sonrisa
No pude decirte más
Ni al estar comprando las cosas,
ni cuando terminaste de bañarte

Ni siquiera cuando me despertó el mono-tono del celular que Vicente me había dado.


— Señor, Guillermo. Sólo llamo para recordarle el trato que teníamos usted y yo, y que era parte de un acuerdo al que usted y Ág...

— ¡Comandante, los Dragones...!
— ¡¡Cállate!! ¡Qué no ves que estoy hablando por teléfono!
— ¿Con un radio?
— ¡¡Conmutado!! ¡Ahora déjame en paz! Ahh...

» Habíamos acordado que nos veríamos hoy mismo de regreso. Sin embargo, usted no está de vuelta.

» Así que quiero invitarlo a pedir una prorroga porque, verá, usted sabe que en este momento mis recursos son limitados, y que no puedo hacerle cumplir su promesa mediante su vida o la de su novia. Pero nada me impide ponerle una bala en la cabeza a su compatriota justo ahora; lo cuál sería una lástima, porque ha cumplido con su parte estupéndamente.


« ¡¿Qué carajos quiere de mí?! »


Sé que sufrió una herida en la pierna, así que por ahora justificaré su ausencia con su capacidad limitada de movimiento...

» En fin, el alma de Juan Carlos es mi única garantía de que usted volverá, como dijo que lo haría. Espero que el cargo en su conciencia que supondría su muerte sea suficiente para que considere las cosas, y tenerlo aquí mañana a primera hora.

» Porque una promesa es una promesa, Señor Guillermo.


Aquella noche no pude dormir
Por todas las razones equivocadas

Desperté a Jessica y a Mario a las 4 de la mañana
El mensaje grabado y mi mirada los convencieron


"Diana, amor... Nos tenemos que ir."

"¿Mmhh...? ¿Ya? ¿A dónde? ¿A México?"

"No."


Y lo demás no te lo dije.


Tengo miedo
de volver a perderte a merced de ellos
o del destino mismo

Y tampoco quiero llevarte conmigo
porque es posible que no vivamos para ver el sol salir mañana
La verdad es que lo único que quiero es irme contigo
Lejos. Volver a casa

Y aquí estamos. Al amanecer
Tú a mi lado. Tu cabeza en mi hombro
Y yo, pensando en cómo he de explicarte
que no seguí mis deseos,
que no hice lo que quería
y terminé trayéndote de vuelta al Infierno Verde

¿Cómo explicarte que debía volver?

Sólo te engañé regalándote ese día
Ese día a medias contigo
Paraíso ahora perdido

¿Cómo explicarles que no puedo dejarte ir?

Quiero leer tu mente
Adivinar lo que piensas
Aunque en el fondo sé
que la única pregunta rondándote es
'¿Por qué no nos fuimos juntos cuando pudimos?'
Sólo tú y yo
Adiós guerra. Adiós pólvora
Yo cojeando, sí. Pero juntos
Solos tú y yo

Trato de acariciar tu mano, pero ya no estás
Te has ido a contemplar el horizonte
El viento soplándote en la cara...

Decidí hacerle frente a mi destino
A mi deber. Al correcto
Al que accedí para llegar a ti
Al que, por más que me gustaría hacer trampa
Y dejarlo todo y a todos,
No puedo renunciar



Closer to the truth
Cryoshell



Destiny is hard to meet
It'll hunt you down somewhere along the way
Don't you see we're meant to be
The prodigies that came to show the way

'Cause I don't wanna rule the world alone
None of us can make it on our own
I'm screaming but I cannot hear a sound
The suffocation slowly comes around

Loneliness eating me inside
It's burning me alive
I'm travelling in my mind
And flying through a thousand lonely souls that cry
In swamps of evil lies
We're Closer To The Truth now
Take me home

Don't believe it's dark to see
When the sun has left you at the end of day
Suddenly it's hard to breathe
Resting in the trenches won't you say

Loneliness eating me inside
It's burning me alive
I'm travelling in my mind
And flying through a thousand lonely souls that cry
In swamps of evil lies
We're Closer To The Truth now
Take me home

06-05-2007
20-12-2008
14-02-2014

lunes, 6 de enero de 2014

Águila II


Me disculpé con Jessica y Mario. Diana debía seguir durmiendo, así que me dispuse a buscar a la única persona que creí que entendería cómo fue que nos involucramos en esta guerra. Una guerra que era, al principio, más mía que nuestra, y que terminó por golpearnos a ambos en un nivel muy personal. Todos sabían lo de Diana, pero yo sólo tenía rumores de lo que había acontecido exactamente en aquel tiroteo con nuestra propia Marina Armada.

— Si quieres que limpie por última vez tu .45, déjala sobre la mesa. Igual, ya casi me voy.

Lo encontré afuera de una de las tiendas, arreglando sus cosas sobre una mesita de madera podrida ya por la humedad. Vicente le había dado la moto como había prometido; si es que a esa chatarra podía llamársele moto.

No supe qué decirle y él ni siquiera levantó la mirada. Odiaba cuando hacía eso. Sabía que yo estaba ahí, pero no se dignaba a hacer más que reconocer mi prescencia al mismo tiempo que ignorarme. Un guerrilla se acercó para traerle una caja llena de cargadores con balas para su M-16, todavía con sangre seca de los Dragones a los que habían pertenecido.

— Gracias, Pedro.

Me di cuenta de que no era que no quisiera que nadie lo molestara.

— Buena suerte, mi Aguilín —respondió, después de dejarle la caja en el suelo.

Y no era que Águila no quisiera hablar con nadie.

— ¿Irás en la primera avanzada?

Era que no quería hablar conmigo.

— Nah. Me toca escoltar a Vicente. Dicen que los Dragones todavía tienen una posición de artillería por ahí en la selva. Disque con blanco en nosotros. A ver siscierto. Por lo mientras, hasta aquí.

Pedro le extendió la mano a Águila, que estaba sentado en una cajita de madera a punto de romperse. Éste se levantó mientras correspondía al saludo.

— Cuídate, cabrón. —Se dieron un abrazo efusivo. De esos con palmaditas— Y gracias por salvarme el pellejo. Dos veces.

— Simón. Cuando quieras —respondió Pedro.

— Ps a ver si nos vemos en la playa.

— Ps a ver... —Y, después de darse un último apretón de manos, se fue sin más. Águila volvió a su precario asiento.

Tras haber sido testigo de su despedida, e ignorado casi por completo, obedecí a Águila. Dejé mi Colt en la mesita, esperando que el peso del arma no venciera sus enclenques patas. Él siguió un rato en sus asuntos, hasta por fin volteó a verme, y luego a la semiautomática en la mesita. Quitó entonces sutilmente un papelito de abajo de la pistola.

— ¡Una foto! —dije sorprendido, refiriéndome al pedazo de papel que yo había confundido con cualquier cosa.  Él sólo me miró a los ojos medio segundo, antes de guardársela en alguna parte del chaleco.

— Perdón —alcancé a decir.— Está algo maltratada. Parece que la rescataste de la basura...

— Espero que ésta sea la última vez, y que aprendas a limpiar tu propia arma —dijo sin contestar nada— Pagaría por ver qué pasará cuando intentes disparar con un percutor oxidado.

Traté de no cometer más errores y saltar de lleno a la plática.

— Está bien. Te entiendo. —De la primera forma en que se me ocurrió.

— ¡¿Qué?! —y, aparentemente, la más estúpida.

— Sé como te sientes.

Él explotó.

— ¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡Tú ni siquiera me conoces!!

— Sólo digo que... por ejemplo... ambos conservamos una foto. Ambos estamos en medio del Amazonas...

— ¡¡Cállate, Guillermo!! ¡Si te seguí fue porque no tenía nada que perder!

Águila bajó la mirada. Debía estar haciendo un esfuerzo por no sacar una bala de la caja de municiones y hacérmela tragar a golpes. Levantó un poco el puño que llevaba apretando desde el último grito, y estuvo a punto de golpearlo contra la mesita, de no ser porque, aparentemente, su sentido común le hizo notar a tiempo que aquel pobre mueble no lo soportaría.

— Tú no sabes cómo es —dijo por fin, con el puño aún apretado.— Cómo es estar ahí. Vivir así. Llegar al punto de no sentir nada —hizo una pausa para bajar el puño.— No tener sueños, ni esperanzas, ni nada por delante. Sólo los recuerdos... Los pinches malditos recuerdos— lo miré con los ojos bien abiertos, dándome cuenta de que ésta era la primera vez que platicábamos de verdad.— Repetir una y otra vez en tu cabeza cómo fue que cometiste cada error. Cada decisión equivocada. El camino que seguiste. Viendo fracasar aquel último intento por volver a comenzar. No teniendo otra opción...

Negó un par de veces con la cabeza. Despacio, con la mirada perdida en cualquier lado. Como quien a cada hora se pregunta por qué la muerte no se lo ha llevado ya.

— No sabes cómo es —continuó.—  Arrepentirte de lo que no hiciste. De lo que no viviste. Saber que sólo sirves para esto. Y al mismo tiempo, hacerlo tan bien. Hacerlo como nadie. Preguntándote si acaso hubieses sido bueno para otra cosa. Hacer pasteles. Pintar cuadros. Escribir libros. Otra cosa...

Fruncí un poco la boca, creyendo comprender por dónde iba la cosa. Él lo notó.

— Pensarías que si pienso lo que estoy pensando entonces debería retirarme —y continuó antes de que yo pudiera decir nada.— Pero después del retiro ya no hay nada para mí.

— Creo...

— Y que sea ésta —me interrumpió— la última vez que creas que me conoces. Y que creas que me entiendes. Porque tú y yo no somos amigos.

Y siguió medio minuto de silencio. Uno. Él alternaba su mirada entre mí y la .45. Supuse que había dejado pasar el tiempo para que realmente comprendiera yo las implicaciones de aquella última oración. También supuse que miraba la .45 para comenzar a limpiarla o, siendo paranoico como él solo, para impedir que cometiera yo alguna irracionalidad.

— Pero, y tú —dijo más tranquilo, tomando mi .45 y subiendo los pies a la mesa, que crujió en agonía,— ¿crees que tienes problemas? —le quitó el cargador a la pistola.— Mírate. En tu fantasía, llena de riesgos y peligros y realidad en dósis a la cara —comenzó a desarmarla.— De repente, ya tienes la vida resuelta —botó algunas partes en lo que quedaba de espacio en la mesita.— ¿Qué crees que pasará después?

» Si sales vivo, con la evidencia que has recolectado, serán unos imbéciles si no te contratan en NatGeo.

Águila limpiaba el percutor con una franela, con un ímpetu y familiaridad sólo conocidos para él. Las balas sobre la mesita chocaban levemente entre sí, produciendo aquel tintineo ya familiar.

— Y ella. Soñaste con volver a verla, y ahora duerme en tus brazos— la Colt estaba ahora completamente desarmada.

— Es cierto. Sólo que, todo esto es tan irreal. Hasta somos prisioneros de guerra, y todavía no puedo creer el estar aquí. Y todo lo que ha pasado... Como un sueño, pero no.

— A veces eres brillante —dijo Águila ante lo obtuso de mis palabras.— Sé que tienes miedo. Que sabes lo que puede pasar. Que es probable que mueras ahora, teniéndolo todo.

— Es sólo la falta de realidad. De mi realidad, al menos.

— ¡¿Y qué otra realidad quieres?! —me miró por encima de la mesita, las partes de la pistola, las balas y sus propias botas. Comenzó entonces a armar la pistola de vuelta, tan seguro de lo que hacía como de lo que estaba a punto de decir.

— Disparas, y el retroceso de la pistola te lastima el hombro. El sonido de la detonación te deja temporalmente sordo —me miraba a los ojos, mientras que sus manos se encargaban del arma.

— En lugar de atravesarte la pierna, esa bala pudo haberte partido el cráneo —y luego hizo una pausa.— ¡¿Qué más quieres que te suceda para estar seguro de que no estás soñando?!

Estaba seguro de que él no me conocía. Sólo habíamos platicado un par de veces sobre asuntos que no fueran propiamente de la expedición. Le había confiado mi vida a un extraño que creía entender, y del que me sentía protegido. Sólo la ilusión de certeza.

— Tu carrera. Tu trabajo. El departamento. Nueva York. National Geographic. Todas esas tonterías de las que te preocupas. ¿Qué crees tú que es más real?

— "No le apuntes a nada..."

— "...que no estés dispuesto a ver muerto" —sonrió al completar la primera frase que me salió de la mente. El arma estaba casi lista. Tomó las balas regadas en la mesita y empezó a rellenar el cargador.

— Una de éstas en la cabeza —dijo, con la última Parabellum entre los dedos— y nada te puede traer de vuelta.

Había ya colocado el cargador. Aquella bala la cargó manualmente en la recámara. Finalmente, me entregó el arma, pero sólo la soltó hasta que terminó de decir lo que debía:

— Ya la trajiste hasta aquí. Lograste lo imposible. Tu culpa o no, ya le salvaste la vida.

» Pero para que este cuento termine bien, deben salir con vida de aquí. Ambos.

Un crujido. Rápidamente se incorporó. El impulso con el que lo hizo terminó por destrozar la cajita que lo había sostenido. Inmutable, puso algunas balas 5.56 sobre la mesita y comenzó a cargar su propio rifle, mientras me dijo lo último de aquel día:

— Sí, somos prisioneros. Atrapados en medio de una guerra que se ha vuelto nuestra. Y la única forma de salir de aquí es ganándola. Así que creo que los dos sabemos qué es lo que tenemos que hacer.



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Esta entrada es la secuencia de Diana II. Le antecede a Diana III, y se le hace referencia en El fin del principio. En realidad no supe qué poner aquí.